EL CUERVO Y LA ZORRA

Sobre un árbol un Cuervo presumido
Tenía con el pico un queso asido.

La Zorra que lo olia y codiciaba,
Asusta de este suerte le jonjaba:

A Dios, señor Don Cuervo, muy buen dia.
¡Qué hermoso y qué galan! Usted sería
El Fenix de estos bosques, si cupiese
Que á su pluma su voz correspondiese.

Con esto el Cuervo se envanece tanto,
Que emprende hacer alarde de su canto.
Abre el pico anchuroso, el queso suelta;

Atrápalo la Zorra, y desenvuelta
Le dice: Sepa usted, buen caballero,
Que todo lisonjero
Vive á expensas de aquel que oídos le presta.
Bien vale una lección como esta.

Avergonzado el Cuervo y confundido,
Juró, aunque tarde, ser más precavido.

Jean de la Fontaine