Cuento de Pascua LA PRIMAVERApágina 1 / 2
Era domingo y había en el aire un olor maravilloso de rosas, de jazmín y de muchas otras flores, entretanto se encontraba muy solita y a su corazón le faltaba algo, un sentimiento que no sabía explicar.
Sin más porque se acordó de un cuento que le encantaba y que su madre se lo contaba todas las noches para que durmiera más feliz. Hablaba de un amor imposible y, siempre que no conseguía dormir, pensaba en aquel cuento tan bonito y se acostaba tranquila.
Sentada en la hierba, los ojos muy abiertos para no perder la belleza que había a su alrededor, cogió una pequeña flor y todo le surgió en su mente:
“Érase una vez un pequeño grano de arena que vivía en el mar y todas las noches miraba a una bella estrella que había en el cielo y se imaginaba sueños de amor.
A él no le importaba si era verano o invierno, pero cuando llegaba la primavera todas las noches se quedaba esperando que su bella novia apareciese en el cielo. Sí que él era un soñador y sabía que jamás iba a encontrar su linda estrella y tampoco su amor podía bajarse al mar.
Ellos vivían muy lejos uno del otro y sólo podían mirarse y así pasaban todas las noches, mirándose, pensando , soñando y buscando un modo de encontrarse.
Pasaron años muchos años, ella en el cielo y él en el mar y nunca el pobrecito pudo con ella casarse. Si hubo o si no hubo alguna cosa entre los dos, hasta hoy nadie pudo comprobarlo. Sólo se sabe que después, mucho tiempo después apareció una estrella en el mar.”
La chica se ahogaba entre sentimientos distintos y se hacía miles de preguntas y no encontraba solución para sus desengaños.
¿Por qué no siempre se ama a la persona ideal?
¿Por qué se sufre por amor?
¿Por qué estamos siempre buscando el amor?
Siempre hay alguien que llora por un amor no correspondido y el dolor le consume el alma, cambia toda su vida y nada más le interesa. Hay que sufrir bastante hasta que un día despertará más liviano y verá que sí, que hay un sol maravilloso calentando a todos, que los pájaros siguen cantando, que las flores todavía alegran el mundo y que todas las tardes se puede mirar un espectáculo maravilloso y nostálgico: el atardecer.