El Príncipe egoista
Había una vez, tres hermanos llamados Julián, Marco y Rodrigo, que eran príncipes. Rodrigo era muy avaricioso y siempre quería tener lo que sus hermanos tenían, cualquier cosa, sin excepción.
Un día los tres hermanos fueron a pescar, al río Duero, ya que vivían muy cerca de este. No tardaron en llegar cuando Julián diviso a tres hermosas doncellas sentadas en el césped. Julián las grito: “OH, bellísimas doncellas, ¿podemos mis hermanos y yo acercarnos?” Las doncellas asintieron con la cabeza.
Cuando Marco quiso cruzar, Rodrigo le tiro al agua y vio como su hermano era llevado por la corriente, pero antes de que Marco se ahogara Julián le agarró del brazo y tiró con todas sus fuerzas. Las doncellas indignadas se fueron con Marco y Julián y abandonaron allí a Rodrigo. Rodrigo estaba triste, no se podía creer lo que había hecho. De repente, como de la nada, un hada apareció delante de Rodrigo y le dijo: “No ves lo que estas haciendo. No es justo que trates así a tus hermanos, ellos se portan bien contigo. Rodrigo, hazme caso, intenta cambiar a partir de ahora.”
Rodrigo no hizo caso a lo que le dijo el hada y al final acabó solo, hasta que un día una campesina se tropezó con el y se enamoraron a primera vista. Rodrigo fue amable con ella y poco a poco le fueron queriendo más y más.