Verliokapágina 3 / 4
Y contestó a la cuerda:- Ven con nosotros, si sabes el camino. Y he aquí que la cuerda se puso en movimiento ante ellos arrastrándose como una culebra. Anda que andarás, anda que andarás, llegaron ante un molino de agua, que dijo: - ¡Hola, abuelito juicioso! - ¡Hola, molinito de agua! - ¿De dónde vienes y adónde vas? - Vengo de tal y tal parte a ajustarle las cuentas a Verlioka. Figúrate que ha molido a palos a mi mujer y se ha llevado a mis nietos, y ¡qué nietos, si los vieses! - ¡Llévame contigo y tal vez pueda ayudarte! Y el abuelito pensó: "El molino de agua también puede ser útil". Entonces el molino se levantó y apoyándose en la turbina echó a andar delante del abuelo. Anda que andarás, anda que andarás, llegaron ante una bellota tirada en el camino, que dijo: - ¡Hola, abuelito narizotas! - ¡Hola, bellota robliza! - ¿Dónde vas tan aprisa? - Voy a zurrar a Verlioka. ¿Lo conoces? - ¡Ya lo creo! ¡Llévame contigo y te ayudaré! - ¿Pero en qué puedes ayudarme?. - ¡No escupas en el pozo si no quieres tenerte que beber tú solo el agua! El abuelo pensó: "Por qué no llevármela?" Y dijo a la bellota: - ¡Síguenos rodando! Pero aquello fue un rodar extraordinario, porque la bellota se puso de pie y marchó dando brincos delante de todos. Llegaron a un espeso bosque tan tenebroso que daba horror, y en el bosque había una cabaña solitaria, ¡y tan solitaria! La estufa estaba apagada y había un potaje de trigo cocido con leche para seis. La bellota que sabía de qué se trataba, dio un salto y se metió en el potaje. La cuerda se puso tirante en el umbral. El abuelo colocó el molinito en el banco. El pato se situó sobre la estufa, y el abuelo fue a colocarse en un rincón. De pronto se oyó un retumbar que venía del bosque, y Verlioka apareció caminando sobre un pie calzado de madera y apoyándose en la muleta; entró en la cabaña, dejó en el suelo una carga de leña que traía y se puso a encender la estufa. Pero la bellota que estaba en el potaje se puso a silbar una canción: ¡Pi, pii, piii! ¡Para moler a Verlioka estamos aquí! Verlioka se enfureció y cogió la olla por el asa, pero el asa se rompió y todo el potaje se esparció por el suelo.
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cuento
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