Resulta que un señor lleva a su hijo a una cantina, le dice al cantinero: - Dame dos tequilas. El cantinero los sirve y se los da. El señor se toma el tequila y le dice al niño: - Anda, tómate el tequila, el niño extrañado lo toma e inmediatamente lo escupe, y el padre dice: - ¡Ya ves, y tu mamá que cree que vengo a divertirme!