Tom Poucepágina 6 / 6
-Ponte detrás -dijo el hombre a su mujer, cuando entraron en el cuarto-, voy a darle con mi hacha, si no le mato del golpe, le cortas tú el vientre.
Tom Pouce, que oyó la voz de su padre, se puso a gritar:
-Soy yo, querido padre, quien está en el vientre del lobo.
-Gracias a Dios -dijo el padre lleno de alegría-, que hemos encontrado a nuestro hijo.
Y mandó a su mujer que dejara la hoz de lado para no herir a su hijo. Después levantó su hacha, y tendió muerto al lobo de un golpe en la cabeza, y en seguida le abrió el vientre con su cuchillo y tijeras, y sacó al pequeño Tom.
-¡Ah! -le dijo-, ¡qué inquietos hemos estado por tu suerte!
-Sí, padre, he corrido mucho, pero por fortuna, heme aquí, vuelto a la luz.
-¿Dónde has estado?
-¡Ah, padre! he estado en un hormiguero, en la panza de una vaca y en el vientre de un lobo. Ahora me quedo con vosotros.
-Y no volveremos a venderte por todo el oro del mundo -dijeron sus padres abrazándole y estrechándole contra su corazón.
Le dieron de comer y le compraron vestidos, porque los suyos se habían estropeado durante el viaje.