Cuento de Pascua LA PRIMAVERApágina 2 / 2
Creía que a pesar de la nostalgia de la puesta del sol había un amor inmenso en este acto, cuando sus colores se escondían por detrás del horizonte, porque sabía que el amanecer iluminaría el nuevo día que se acercaba y traería alegría a todos los seres humanos.
De repente se dio cuenta de que el amor nunca abandona nuestras almas porque él es vital y que nunca debemos olvidarnos que hay distintos tipos de amor y que todos son inigualables. Amemos como si nunca hubiéramos amado antes y esparzamos las luces de este amor sobre el prójimo, así como las flores en la primavera siembran sus semillas sobre la tierra.
Los momentos de sufrimiento de un ser que ama y no es amado no es igual a nada de lo que podemos imaginar. Sí, que se hace necesario arreglarlos dentro del alma y ver que en el universo hay personas que sufren porque tienen hambre, otras porque perdieron sus seres queridos, los que nunca encontraron un verdadero amor, los que sufren el terror de la guerra, las mujeres que sufren la violencia física de sus propios maridos, sin hablar en los millones de niños que no tienen un hogar.
El día que podamos fijarnos en el sufrimiento ajeno, veremos que los nuestros son tan pequeños como los del grano de arena y su amada estrella.