Capítulo 3 - UNA CARRERA LOCA Y UNA LARGA HISTORIApágina 4 / 6
Y entonces todos la rodearon una vez más, mientras el Dodo le ofrecía solemnemente el dedal con las palabras:
--Os rogamos que aceptéis este elegante dedal.
Y después de este cortísimo discurso, todos aplaudieron con entusiasmo.
Alicia pensó que todo esto era muy absurdo, pero los demás parecían tomarlo tan en serio que no se atrevió a reír, y, como tampoco se le ocurría nada que decir, se limitó a hacer una reverencia, y a coger el dedal, con el aire más solemne que pudo.
Había llegado el momento de comerse los confites, lo que provocó bastante ruido y confusión, pues los pájaros grandes se quejaban de que sabían a poco, y los pájaros pequeños se atragantaban y había que darles palmaditas en la espalda. Sin embargo, por fin terminaron con los confites, y de nuevo se sentaron en círculo, y pidieron al Ratón que les contara otra historia.
--Me prometiste contarme tu vida, ¿te acuerdas? --dijo Alicia--. Y por qué odias a los... G. y a los P. --añadió en un susurro, sin atreverse a nombrar a los gatos y a los perros por su nombre completo para no ofender al Ratón de nuevo.
--¡Arrastro tras de mí una realidad muy larga y muy triste! --exclamó el Ratón, dirigiéndose a Alicia y dejando escapar un suspiro.
--Desde luego, arrastras una cola larguísima --dijo Alicia, mientras echaba una mirada admirativa a la cola del Ratón--, pero ¿por qué dices que es triste?
Y tan convencida estaba Alicia de que el Ratón se refería a su cola, que, cuando él empezó a hablar, la historia que contó tomó en la imaginación de Alicia una forma así:
"Cierta Furia dijo a un
Ratón al que se encontró
en su casa: "Vamos a ir jun-
tos ante la Ley: Yo te acu-
saré, y tú te defenderás.
¡Vamos! No admitiré más
discusiónes Hemos de
tener un proceso, por-
que esta mañana no he
tenido ninguna otra
cosa que hacer". El
Ratón respondió a la