Capítulo 3 - UNA CARRERA LOCA Y UNA LARGA HISTORIApágina 2 / 6
--¡Yo no! --se apresuró a responder el Loro.
--Pues me lo había parecido -dijo el Ratón--. Continúo. «Edwindo y Morcaro, duques de Mercia y Northumbría, se pusieron a su favor, e incluso Stigandio, el patriótico arzobispo de Canterbury, lo encontró conveniente...»
--¿Encontró qué? -preguntó el Pato.
--Encontrólo -repuso el Ratón un poco enfadado--. Desde luego, usted sabe lo que lo quiere decir.
--¡Claro que sé lo que quiere decir! --refunfuñó el Pato--. Cuando yo encuentro algo es casi siempre una rana o un gusano. Lo que quiero saber es qué fue lo que encontró el arzobispo.
El Ratón hizo como si no hubiera oído esta pregunta y se apresuró a continuar con su historia:
--«Lo encontró conveniente y decidió ir con Edgardo Athelingo al encuentro de Guillermo y ofrecerle la corona. Guillermo actuó al principio con moderación.
Pero la insolencia de sus normandos...» ¿Cómo te sientes ahora, querida? continuó, dirigiéndose a Alicia.
--Tan mojada como al principio --dijo Alicia en tono melancólico--. Esta historia es muy seca, pero parece que a mi no me seca nada.
--En este caso --dijo solemnemente el Dodo, mientras se ponía en pie--, propongo que se abra un receso en la sesión y que pasemos a la adopción inmediata de remedios más radicales...
--¡Habla en cristiano! --protestó el Aguilucho--. No sé lo que quieren decir ni la mitad de estas palabras altisonantes, y es más, ¡creo que tampoco tú sabes lo que significan!
Y el Aguilucho bajó la cabeza para ocultar una sonrisa; algunos de los otros pájaros rieron sin disimulo.
--Lo que yo iba a decir --siguió el Dodo en tono ofendido-- es que el mejor modo para secarnos sería una Carrera Loca.
--¿Qué es una Carrera Loca? --preguntó Alicia, y no porque tuviera muchas ganas de averiguarlo, sino porque el Dodo había hecho una pausa, como esperando que alguien dijera algo, y nadie parecía dispuesto a decir nada.