sábado 06 de diciembre de 2014 a las 10h04 de la noche
Fea
Roy procuró mantener la calma, de lo contrario no podría pensar con serenidad y su situación iría de mal en peor. Sin embargo, no pudo evitar ser presa del nerviosismo al encontrarse tan solo en esa oscuridad. Gritó con todas sus fuerzas, esperando que el señor Gómez o Juan lo escucharan y salieran en su auxilio, pero todo resultó inútil, los sonidos del bosque, especialmente el resonar del arroyuelo, se convirtieron en su única compañía.
Con la respiración acelerada, Roy recordó que podía guiarse a través de la orientación de su brújula. La sacó de su mochila con la esperanza de encontrar el camino de vuelta al campamento, pero antes de que pudiera observar algo, un extraño gruñido, muy cercano a él, lo estremeció hasta los huesos, dejando caer la brújula.
Roy corrió espantado, sin rumbo fijo, hasta no poder dar un paso más. Extraño sentimiento de desolación el que vivió al cerciorarse de no tener la menor idea de donde estaba. Se introdujo en una zona tan tupida del bosque que no solamente los árboles le bloquearon gran parte de la luz que ofrecía la luna, sino también la posibilidad de orientarse a través de la posición de sus amadas estrellas.
El bosque -especialmente durante la noche- guarda secretos a los que muy pocas personas tienen acceso. El tiempo corre a una velocidad diferente, a veces, incluso pareciera detenerse. Se respira un oxígeno cargado de fantasía que resulta imposible separar de la realidad. No existe un norte o un sur, un este o un oeste, lo que creemos normal se confunde en un mundo sin tiempo o espacio definido.
Roy se posó en cuclillas, no podía creer su mala suerte, bajó el semblante y una gota de agua cayó sobre su frente, ésta resbaló poco a poco hasta anidarse en la comisura de sus labios para después ser jalada por su lengua. Fue en ese momento que reaccionó sobre la magnitud de su sed.
Debido a la precipitada huida había olvidado cargar su mochila, donde guardaba la cantimplora con el vital líquido. A esa primera gota caída del cielo le siguieron otras de mayor frecuencia e intensidad, hasta convertirse en una feroz tormenta que dejó a Roy desprotegido. De inmediato buscó refugio en una zona más alta, pero su movilidad se vio limitada por la falta de iluminación, por lo que tuvo que andar cuidadosamente, sujetándose de troncos, ramas o cualquier otra cosa que le brindara algo de seguridad.
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sábado 06 de diciembre de 2014 a las 10h04 de la noche
Fea